CEPAL alista reunión regional preparatoria
para cumbre Río+20

Entre el 7 y 9 de septiembre se llevará a cabo en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago, Chile, la Reunión Regional Preparatoria para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible que se celebrará del 4 al 6 de junio de 2012 en Río de Janeiro, Brasil.

Esta reunión fue denominada Río+20 porque se realiza dos décadas después de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo que tuvo lugar en la misma ciudad brasileña en 1992, conocida también como Cumbre de la Tierra.

Uno de los grandes logros de esa cita fue la aceptación por parte de la comunidad internacional del concepto de desarrollo sostenible, difundido ampliamente a través de la Declaración de Río.

Pero el cumplimiento de los compromisos globales sobre desarrollo sostenible asumidos por los países desde 1992 ha sido parcial.

Pese a que se han registrado avances significativos en los últimos 20 años, aún no se cristaliza un modelo de desarrollo que permita avanzar simultáneamente en los tres pilares que definen la sostenibilidad (social, económico y ambiental).

Río+20 busca, precisamente, identificar los progresos y brechas, así como explorar nuevas formas de cooperación que permitan acelerar la transición hacia un desarrollo sostenible.

La conferencia de 2012 se estructura sobre dos temas: una economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza; y el marco institucional para el desarrollo sostenible.

La CEPAL confía en que la Reunión Regional Preparatoria para América Latina y el Caribe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible contribuya a estimular los debates previos a Río+20.

Se espera que los países latinoamericanos y caribeños acuerden una posición conjunta para esta cumbre, y asuman un papel de liderazgo en la expresión de los intereses y desafíos de los países en desarrollo y en la adopción de soluciones.

El objetivo del proceso es asegurar un renovado compromiso político y el establecimiento de metas que permitan avanzar globalmente de forma más equitativa y responsable con el ambiente.

Además de estar a cargo de la organización de la Reunión Regional Preparatoria, la CEPAL coordinó la producción de un documento interagencial que evalúa en detalle los adelantos y déficit en la región respecto a la implementación de los compromisos globales asumidos tras la conferencia de 1992.

Elaborado con aportes de 19 organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas, el informe también propone, a partir de las carencias y desafíos emergentes identificados, lineamientos estratégicos para transitar hacia el desarrollo sostenible en la región.

La versión preliminar de este documento interinstitucional será entregada a los gobiernos como base de la reunión preparatoria de septiembre. El texto final será presentado en Río+20 en junio de 2012.

El actual escenario mundial caracterizado por la confluencia de distintas crisis --económica, climática, energética y alimentaria-- pone a la región, y al mundo, ante un imperativo de cambio de paradigma, uno que no siga reproduciendo la pobreza, la desigualdad, dañando los recursos naturales y ecosistemas, y traspasando los costos a las generaciones futuras.

La conservación y protección de los ecosistemas es indispensable para el bienestar de las personas y comunidades, ya que aseguran condiciones básicas de salud, integridad física y seguridad alimentaria.

“La economía tiene una dimensión ética innegable que finalmente se expresa, a través de múltiples mediaciones, en los precios. No considerar los plenos costos o beneficios de la actividad económica implica que alguien tiene que cargar con ellos”, plantea Joseluis Samaniego, Director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la CEPAL.

“Una noción superior de desarrollo necesariamente deberá estar ligada a una economía que considere los verdaderos costos de las actividades económicas”, sostiene el experto.

Además de ejercer una fuerte presión sobre el ambiente y los recursos naturales, es evidente que la economía de América Latina y del Caribe no ha logrado derrotar la pobreza y superar la desigualdad en la región.

La experiencia regional en los últimos años muestra la necesidad de contar con un Estado fortalecido y políticas públicas con visión de largo plazo para dar el salto hacia el desarrollo con igualdad y sostenibilidad.