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China presenta grandes oportunidades para el comercio de América Latina y el Caribe

Osvaldo Rosales

Según el Director de la División de Comercio Internacional e Integración de la CEPAL, Osvaldo Rosales, China ha logrado posicionarse como un socio comercial privilegiado para muchos países de la región. Por ello, aun cuando América Latina atraviesa un período difícil por causa de la crisis internacional, no debe descuidar su integración con el país que es hoy el principal motor de la economía mundial.

- América Latina y el Caribe ha visto caer su comercio con todas las regiones del mundo. ¿Ha caído también su comercio con China y el Asia-Pacífico?

El comercio de la región ha caído con todo el mundo. Pero con quien menos ha caído es con China, tanto a nivel de las exportaciones como las importaciones. Por eso China, a propósito de la crisis, ha elevado su presencia relativa como socio comercial de la región.

- ¿Cuáles son las razones por las que el volumen de comercio entre China y nuestra región no ha disminuido tanto como se preveía?

China lanzó un paquete de reactivación económica con un componente fiscal notable de 586 mil millones de dólares entre el último trimestre del 2008 y el año 2010. Además agregó un paquete crediticio monetario que es 4 veces esa magnitud. Así, el paquete chino en términos de porcentaje del PIB se transformó en el más importante a nivel mundial. Y eso ha permitido que pese a que las exportaciones de China al mundo estén cayendo en el primer semestre de 2009 en alrededor del 25% su economía esté creciendo en torno al 8%, gracias a una inversión doméstica por sobre el 30%.

Lo anterior significa más demanda de commodities (bienes básicos) que exporta nuestra región, como cobre, petróleo, entre otros minerales y metales, soja, y algunos alimentos, particularmente los que provienen de América del Sur.

- ¿Qué lugar ocupa China como socio comercial de la región?

Si se mide a nivel de países China sería el segundo socio comercial después de Estados Unidos. Ya es el principal mercado de destino para las exportaciones de Brasil y Chile. Y es el segundo para los envíos de Argentina, Perú, Costa Rica y Cuba. Y está en un lugar privilegiado para la mayoría de las economías de la región.

- ¿Cuál es el estado actual y las perspectivas de la inversión extranjera directa china en América Latina?

Esa es la contraparte que tendríamos que corregir. Tenemos un comercio bilateral muy activo pero un flujo de inversiones bilaterales bastante minúsculo respecto de la intensidad del comercio.

En los últimos dos años la inversión china ha venido creciendo a tasas importantes en la región en metales y minerales, y en países como Venezuela, Ecuador, Chile y Perú. Pero sigue siendo bastante marginal respecto de lo que la región recibe. Y al revés, la inversión que la región realiza en China podría calificarse como “anecdótica”.

- ¿En qué áreas productivas existen oportunidades para que América Latina y el Caribe incrementen su comercio y su flujo de inversión con China?

Allí hay un tremendo desafío para la estrategia de desarrollo de la región. Observamos que China se transforma en un mercado de privilegio para los países de la región. Por lo tanto, la buena noticia es que América Latina se está conectando bien con el motor de la economía mundial del siglo XXI.

La mala noticia es que lo estamos haciendo con una estructura exportadora del siglo XIX, porque sólo 2 ó 3 productos representan entre el 80 y 90% de las exportaciones a China. Es decir, estamos exportando a China con una estructura extremadamente concentrada en commodities con poca diversificación.

En otras palabras, estamos replicando la fase más pretérita de la relación centro-periferia, pues exportamos materias primas e importamos manufacturas.

Para que esta relación sea mutuamente benéfica los esfuerzos de nuestros países debieran orientarse a diversificar la canasta exportadora hacia China y el mercado asiático. También, intentar participar en la cadena de valor que se va estructurando en torno al mercado chino y eso significa atreverse a invertir en el exterior y en particular en el Asia-Pacífico. En relación a los sectores, creo que todos están abiertos y se encuentran disponibles para ello.

- ¿Hay otras modificaciones más de fondo que debieran hacer las economías latinoamericanas para aprovechar mejor las oportunidades con China?

Un camino que permitiría mejorar sustantivamente la relación comercial con China y el resto del Asia-Pacífico es avanzar seriamente hacia un mercado regional más integrado, con normas comunes, con convergencia en las políticas fundamentales y con estabilidad jurídica. Eso permitiría no sólo atraer inversión, sino también ampliar la escala de los negocios. Así se generarían espacios para sinergias productivas, comerciales, tecnológicas entre nosotros mismos, y entre nuestros empresarios y el empresariado asiático.