HOME - Notas de la CEPAL Nº60
EDITORIAL
América Latina y el Caribe frente a la crisis internacional.
Más allá de la coyuntura

Por Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL

La actual crisis sorprendió a América Latina y el Caribe en un período histórico de bonanza y progreso que no se vivía desde hace más de cuarenta años.

Desde el punto de vista del crecimiento de la economía vivimos cinco años (2003-2007) donde se expandió desde un 2,1% en 2003 a un 5,7 % en 2007. Este impulso le permitió a la región crecer todavía durante el 2008 a una tasa de 4,6%.

En este quinquenio el número de personas que viven en la pobreza disminuyó en 10 puntos porcentuales. Salieron de la pobreza 37 millones de personas, mientras que 29 millones salieron de la indigencia. En 8 países disminuyó la desigualdad, que empeoró en tres, y en el resto se mantuvo más o menos igual. Dado lo difícil que es cambiar la estructura de desigualdades en un país, estos resultados son una muy buena noticia, si bien las disminuciones son modestas.

Además, el empleo aumentó en cantidad y mejoró en calidad. La tasa de desempleo bajó en promedio de 11 a 7,5% entre 2003 y el 2008, y los ingresos laborales aumentaron en casi todos los países. El gasto público total continuó, aunque moderamente, su tendencia al aumento como porcentaje del PIB que se inició a comienzos de la década pasada.

En resumen, creció la riqueza, aumentó y mejoró el empleo, disminuyó la pobreza y ha disminuido la desigualdad. Todos estos avances se hicieron en ambientes democráticos. Este era el cuadro general que se apreciaba en América Latina y el Caribe cuando la crisis se desató, amenazando seriamente estos logros económicos y sociales.

La contracción del comercio

Desde que la crisis estallara en septiembre pasado, el impacto comercial ha sido el más fuerte. La caída del comercio, de las exportaciones, de la producción en general es el tema central para la región.

En el primer trimestre de 2009 el comercio se contrajo notablemente. Un análisis de siete países muestra que la caída del valor de las exportaciones de la región es cercana al 30%. Han disminuido todas las exportaciones a cualquier destino, aunque las orientadas a China y a Asia lo hicieron con menor intensidad.

El comercio intrarregional no logra recuperarse como desearíamos y preocupa la tendencia al proteccionismo que surge en algunos países. En la mayoría de los países, las medidas proteccionistas que ha tomado nuestra región son temporales, transparentes y compatibles con los acuerdos internacionales de libre comercio que han firmado los países.

Pero sí preocupa la tendencia en los países desarrollados a privilegiar las compras gubernamentales hacia el interior; y el incremento de subsidios, por ejemplo, a los bancos, los que condicionan que el crédito fluya más hacia el ámbito nacional que hacia el externo. Y por otra parte también hay un aumento en los subsidios a industrias, como la industria automotriz, y sobre todo, al sector agropecuario.

En este sentido, creo que el gran tema pendiente que tenemos que resolver en el mundo es concluir la Ronda de Doha lo más pronto posible.

Equidad social en tiempos de crisis

En esta coyuntura, la CEPAL está analizando cómo volver a alcanzar la estabilidad económica en tiempos de crisis y cómo la región se posiciona frente a la economía internacional ante este panorama complicado.

Lo hacemos sin olvidar el tema de la equidad social. Para nosotros se requiere un cambio de paradigma, que radica en dos principios básicos. Uno, la equidad es prerrequisito del crecimiento. Ya se demostró que la distribución después del crecimiento no funciona. El segundo principio es que la protección social debe tener cobertura universal, debe ser un derecho, una garantía. Se debe tener derecho a la protección social por el simple hecho de ser ciudadanos y estos beneficios no deben estar asociados, por ejemplo, al empleo.

Una forma de proteger a las sociedades, sobre todo a los más vulnerables, es a partir de la protección social. En los últimos cinco años la región avanzó mucho en los temas de protección social y equidad.¿Cómo mantenemos estos logros?, ya que existe la posibilidad de retroceder, y el retroceso es muy costoso. La CEPAL ha demostrado que retomar el crecimiento económico puede tomar 12 años, en tanto que retomar índices similares a los previos a la crisis de los años 80 en materia social demora el doble de tiempo, casi 25 años.

Cambio climático, rol del Estado, innovación productiva

Por último, también está presente el gran tema del cambio climático. Debemos tomar medidas muy rápidas para “descarbonizar” la economía. Si no hacemos nada, en el 2030 ó 2050 la humanidad va a confrontar a un problema para el cual no hay paquete de rescate. Por lo tanto, las acciones deben tomarse hoy para que la temperatura del planeta no aumente más allá de 2,5 grados centígrados como consecuencia de la acumulación de gases efecto invernadero, fundamentalmente el carbono.

Todo esto solamente puede lograrse si contamos con un nuevo rol de la política y fortalecemos el papel del Estado. La ciudadanía está consciente de que es el Estado el que tiene que participar e intervenir en momentos de crisis. Pero a veces no tiene todos los instrumentos para actuar.

Así por ejemplo, por más que haya anuncios de fuertes paquetes fiscales contracíclicos, si el Estado no tiene los recursos suficientes para respaldar estos programas, es muy difícil realizar progresos. Por ello en la CEPAL pensamos que el papel del Estado debe ser revisado, reforzado, fortalecido, para que sea un ente eficiente, que tenga una relación más activa con el mercado. El mercado también es un buen asignador de recursos, pero no se va a encargar de temas de equidad social.

Entonces, en una sociedad mucho más pujante y dinámica y con una adecuada relación Estado-mercado, la región podrá alcanzar el desarrollo que deseamos.

Aquí surge el otro gran elemento que la CEPAL estima imprescindible: la innovación y el desarrollo científico y tecnológico, que es quizás el instrumento moderno más importante para esta transición hacia una economía sin carbono, para lograr la equidad social y para un desarrollo económico mucho más sostenible.