La digitalización tiene el potencial de generar cambios positivos en la economía, incluidos los sistemas alimentarios. Las innovaciones digitales mejoran la productividad y fortalecen los vínculos con los mercados de productos y de servicios. En el sector agrícola existe una gama de nuevas tecnologías que promete impactar significativamente en los modelos de producción, gracias a las nuevas formas de recopilar, almacenar, gestionar, transferir y analizar grandes volúmenes de datos.
Dado que la infraestructura y la alfabetización digital constituyen elementos básicos de acceso a las nuevas tecnologías, se podría pensar que tienden a ser bastante homogéneas entre países, y esto es especialmente cierto en el caso de las economías más desarrolladas. No obstante, en algunos países de la región, hay importantes debilidades en materia de acceso y alfabetización(con la excepción de los medianos y grandes agricultores), ya sea por no tener coberturade energía, por baja alfabetización y educación, o por acceso propiamente tal (asociado a cobertura territorial y costo para el usuario).
Las agendas digitales sectoriales son indispensables para resolver asimetrías y brechas en la cobertura urbana y rural, entre grandes y pequeños agricultores, anticipar escenarios de cambio en las competencias laborales y articular la oferta y demanda de innovaciones.
Dos casos de éxito son la inclusión de la agricultura digital y la conectividad rural en las competencias del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAPA) en el Brasil, y la creación de una nueva cámara temática, —la Cámara de Innovación Agrodigital- en dicho país, que es una instancia de discusión para incorporar las demandas y desafíos de los diferentes actores de la cadena de valor.
