Nota informativa
El plan fue presentado por el Ministro del área mencionada, Julio De Vido, acompañado por la subsecretaria de Planificación Territorial, Graciela Oporto; el director del ILPES, Jorge Matar; y el director de la oficina de CEPAL en Buenos Aires, Martín Abeles.
El objetivo general del proyecto es cooperar con la mencionada entidad en el proceso de indagación, sistematización y análisis de la información relativa a la dinámica económica argentina y su configuración territorial.
Para cumplir este objetivo, se trazó un trabajo a partir de tres elementos: la división microrregional argentina, elaborada por la mencionada Subsecretaría; la base de datos de empleo y dinámica empresarial del Ministerio de Trabajo de la Nación; además de la información socioeconómica general, obtenida de diversas fuentes.
A partir del procesamiento de esta información contenida en una base de dato, en función de la distribución microrregional argentina, sumada a la información socioeconómica general, se configuró el entramado productivo que se asienta sobre las distintas microrregiones, obteniéndose una tipología general de las mismas. Al mismo tiempo, siempre en base a la información de la mencionada base, se ajustó una metodología de análisis que permitió, para las regiones seleccionadas, construir las denominadas “Areas Económicas Locales”.
Los dos productos principales obtenidos del proyecto son, por un lado, el actual mapa económico microrregional del país, y por el otro, la metodología de determinación de “Areas Económicas Locales”, plenamente aplicable a todo el territorio nacional.
Como ejemplo de esto último podemos citar la conclusión del trabajo, la que indica que originalmente, si bien la actividad económica está fuertemente localizada en la megalópolis, se encuentran actividades económicas en todo el territorio nacional (y en muchas microrregiones hay, además, una importante variedad de actividades).
A su vez, existen diferencias entre microrregiones en su mezcla productiva y esto plantea necesidades específicas de inversiones. Esas diferencias son, en parte, el reflejo de distinciones en cuanto al tipo de actividades y a las características empresariales que encontramos en cada microrregión.
Por último, la base sugiere que hay debilidades en la malla productiva (fases ausentes o débiles) de algunos complejos y microrregiones. Esto podría ayudar a identificar potencialidades para la inversión pública en formación técnica y en el desarrollo de capacidades emprendedoras, aunque también para fomentar la localización de inversiones en algunas microrregiones.