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Quinto seminario regional agricultura y cambio climático: agrobiodiversidad, agricultura familiar y cambio climático

20 de agosto de 2014|Discurso

Intervención de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.

Intervención de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en ocasión de la inauguración del Quinto Seminario Regional Agricultura y Cambio Climático: Agrobiodiversidad, Agricultura Familiar y Cambio Climático

Santiago, 20 de agosto de 2014

CEPAL

 

Muy buenos días a todas y a todos,

Raúl Benítez, Representante de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, con quienes hemos sido socios en la organización de este evento durante los últimos cinco años,

Pascal Delisle, representante de la Delegación de Cooperación para el Cono Sur de la República de Francia, quienes nos han apoyado financieramente para que esta serie de seminarios haya sido posible durante los últimos cinco años,

Graciela Magrín, destacada científica argentina y miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, merecidos ganadores del premio Nobel de la Paz de 2007,

Benecio Quispe, Director de la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra del Estado Plurinacional de Bolivia,

Carlos Anzueto, Viceministro de Desarrollo Económico Rural del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación de Guatemala,

Gina Paniagua, Viceministra de Agricultura de Costa Rica,

Maricela Díaz, Directora de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Agricultura de Cuba,

Roseli Bueno de Andrade, Jefa de Gabinete de la Secretaría de Desarrollo Rural Sostenible del Ministerio de Medio Ambiente del Brasil,

Octavio Sotomayor, Director del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP) de Chile,

David Williams, Gerente del Programa de Agricultura, Recursos Naturales y Cambio Climático del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), y Celeste Molina, representante de Oxfam GB, quienes se nos han unido este año como colaboradores para el desarrollo del evento,

Señoras y señores representantes de organismos del sector agropecuario, instituciones académicas, organismos internacionales y organismos no gubernamentales que nos visitan de Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Francia, Guatemala, México, Nicaragua y Perú,

Amigos de Chile,

Señoras y señores:

Sean todos bienvenidos a esta Casa, la Casa de las Naciones Unidas en América Latina y el Caribe, que también es su casa.

Los temas en torno a los cuales se organiza este seminario nos remiten a la esencia misma del desarrollo de la agricultura; al desarrollo de la agricultura en nuestro continente, donde tenemos dos centros de origen. Nos remiten al desarrollo de la agricultura en Mesoamérica, entre 4.000 y 9.000 años a.C., o en las regiones andina y amazónica, alrededor de 6.000 años a.C.

Los temas del seminario nos remiten entonces a la domesticación de especies vegetales como el ají —o chile, como le llamamos en México y Centroamérica—, el maíz, el aguacate, la calabaza y el frijol en Mesoamérica, o como la papa, la oca y la quinua en la región andina.  Y también a la domesticación de especies animales como el chompipe o guajolote, en Mesoamérica, o del cuy, la llama y la alpaca en la región de los Andes. Nos remiten a una abundancia de agrobiodiversidad que posibilitó el desarrollo de la agricultura en dos puntos diferentes de la geografía de nuestro continente.

Los temas del seminario aluden a los procesos de selección de variedades adecuadas a distintas altitudes y a distintas condiciones climáticas; al proceso milenario de adaptación de esas variedades a los cambios en el clima, un proceso que es consustancial al desarrollo de la agricultura. También aluden al rol de pueblos originarios, que generación tras generación han ido mejorando esos procesos de selección y adaptación, acumulando conocimientos que les permitieron desarrollar sistemas productivos diversificados y más resilientes frente a los cambios en el clima.

Los temas del seminario nos hacen pensar también en el rol que han desempeñado los pueblos originarios en la preservación de ese legado de agrobiodiversidad que albergamos en la región, sin el cual posiblemente la agricultura no sería hoy lo que es.

Estamos en el Año Internacional de la Agricultura Familiar y, mirando al presente, el seminario nos invita a reflexionar sobre los roles de la agricultura familiar, no solo como productora de alimentos, sobre todo para los mercados internos, sino también en la protección de nuestra agrobiodiversidad.

El seminario nos invita a pensar, de manera integral, sobre tres temas que parecieran estar poco relacionados. Tres temas “grandes”, que por sí solos ameritan un seminario: agrobiodiversidad, agricultura familiar y cambio climático. El seminario nos plantea el reto de pensar de manera integral sobre los vínculos entre estos tres grandes temas.

Más aún, los temas del seminario nos sugieren que deberíamos mirar al pasado para buscar respuestas a los retos del presente. Y en particular, al reto del cambio climático. Nos invita a reflexionar sobre el rol de la agricultura familiar en la preservación de nuestra agrobiodiversidad y sobre las respuestas que nuestra agrobiodiversidad puede ofrecer para enfrentar el cambio climático en la agricultura.

Pero el cambio climático que observamos hoy es diferente de los cambios que modelaron el desarrollo de la agricultura en el pasado. Es un cambio que, al ser inducido por el hombre, es más rápido y más intenso, con modificaciones en los rangos de clima que permitieron el desarrollo de la agricultura que tenemos hoy: dónde ha llegado la agricultura y lo que producimos. Ese cambio climático global más rápido e intenso nos plantea retos de adaptación que no ha enfrentado la agricultura desde sus orígenes en el neolítico y como humana actividad que potenció el desarrollo de civilizaciones en el creciente fértil, en Mesoamérica y en los Andes.

El seminario nos llama también a reflexionar sobre cómo integrar el acervo de conocimientos tradicionales acumulado por nuestros pueblos originarios y nuestros agricultores familiares, con los conocimientos que nos ofrecen la ciencia y las tecnologías modernas. Sobre cómo integrar esos conocimientos para desarrollar sistemas productivos agrícolas más diversificados y resilientes frente a las variaciones en el clima. Lo que, en palabras más simples, quiere decir ser capaces de producir en condiciones climáticas más variables y extremas, aunque con ello se tenga que sacrificar los mayores rendimientos que se podrían obtener en condiciones climáticas óptimas. Porque las condiciones climáticas óptimas serán cada vez más la excepción que la regla.

Una combinación inteligente entre la ciencia y las tecnologías modernas y el conocimiento ancestral de nuestros pueblos originarios y agricultores familiares puede ser una respuesta innovadora desde nuestra realidad latinoamericana. Para desentrañar las respuestas que hay en nuestra agrobiodiversidad, por ejemplo, para el desarrollo de variedades mejor adaptadas a las nuevas condiciones que nos plantea el cambio climático.

Les he pintado hasta ahora un cuadro con una mirada positiva. Pero no debemos olvidar, por supuesto, que la agricultura familiar es la que ya está sufriendo el mayor impacto del cambio climático.

Los invito entonces a reflexionar sobre las políticas públicas y agendas de investigación que debemos desarrollar para incrementar la resiliencia de la agricultura familiar frente al cambio climático, potenciando su rol de producción de alimentos y también su rol de resguardo de la agrobiodiversidad, agendas de políticas y de investigación desde la agrobiodiversidad, con la agricultura familiar y para la agricultura familiar.

Con estas reflexiones, motivaciones y provocaciones los dejo, deseándoles un muy fructífero seminario.

Muchas gracias.