TITULARES

Países de la región deberían invertir US$170.000 millones anuales para reducir la brecha de infraestructura

Foto: Amazonia Puno - Madre de Dios, Flickr

La infraestructura es una herramienta de alto impacto en la reducción de la pobreza y el logro del desarrollo económico. Sin embargo, en América Latina y el Caribe las inversiones en este campo han disminuido en los últimos años, lo que ha incrementado la brecha o distanciamiento entre los requerimientos de infraestructura y la provisión efectiva de la misma.

De acuerdo con el estudio La brecha de infraestructura en América Latina y el Caribe, se necesita de un esfuerzo significativo para alcanzar las cifras de inversión requeridas para tales fines, dado que la inversión observada en este campo en el último período conocido (2007-2008) alcanzó sólo a 2% del PIB.

Los autores Ricardo Sánchez y Daniel Perrotti advierten que la forma en que los países de la región den respuesta a estos requerimientos será un determinante clave del modo de inserción de la región en la economía mundial del siglo XXI, en el logro de sus objetivos del desarrollo y en la calidad de vida de sus habitantes.

Según el estudio de la CEPAL, los países de la región necesitarían invertir anualmente cerca de US$170.000 millones (en torno a 5,2% del PIB regional) para dar respuesta a las necesidades que surgirán de las empresas y los consumidores finales entre los años 2006 y 2020, frente a los US$100.000 millones que se invierten actualmente, asumiendo un crecimiento económico medio de 3,9% anual en la región para este período.

Ahora, si se quiere alcanzar los niveles de infraestructura per cápita de un conjunto de países del sudeste asiático, la cifra anual sube a 7,9% del PIB regional (cerca de US$260.000 millones).

En el informe se explica que la infraestructura abarca un conjunto de estructuras de ingeniería, equipos e instalaciones de larga vida útil que constituyen la base sobre la cual se produce la prestación de servicios para los sectores productivos y hogares. Los sectores analizados en el trabajo se vinculan mayormente a la infraestructura económica (transporte terrestre, energía eléctrica y telecomunicaciones), y a una parte de la infraestructura social (sistemas de agua potable y alcantarillado).

El estudio indica que las cifras de inversión señaladas son sólo una referencia de los requerimientos efectivos y contemplan solamente un parte del total de la infraestructura económica. Asimismo, incluyen únicamente los gastos destinados a inversión y mantenimiento, excluyéndose los montos necesarios para rehabilitación y mejora del stock existente.

También aborda algunas alternativas de financiamiento para cubrir este déficit, que incluyen tanto el sector público como el privado. Entre ellas están la generación de garantías parciales contra riesgos ofrecidas por instituciones multilaterales -según propuestas del Banco Mundial (2007)- y aquellas iniciativas incluidas dentro del concepto más amplio denominado “financiamiento para el desarrollo”, que es una de las prioridades del programa de trabajo de la CEPAL para el bieno 2012-2013.

El documento concluye que las inversiones en infraestructura son una condición necesaria para el desarrollo, pero no suficiente per se. Su impacto sobre el crecimiento de un país dependerá de su articulación con otros factores, tales como el grado de desarrollo del capital humano, la disponibilidad de recursos naturales y el acceso al financiamiento y a la tecnología, entre otros.


Más TITULARES
Fecundidad y desigualdad en América Latina


 

 

 

 

   
 

La inversión observada en infraestructura en el último período conocido (2007-2008) alcanzó sólo 2% del PIB.

 
 

La forma en que los países den respuesta a estos requerimientos será un determinante clave del modo de inserción de la región en la economía mundial del siglo XXI, en el logro de sus objetivos del desarrollo y en la calidad de vida de sus habitantes.