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Nuevas tecnologías contribuyen a mejorar
Los países de América Latina están apostando al desarrollo de proyectos educativos que incorporen el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). En Costa Rica, por ejemplo, desde 1988 se lleva a cabo el Programa Nacional de Informática Educativa, que busca mejorar la calidad y equidad de las oportunidades educativas de la población escolar con menores recursos. Para ello se introdujeron en la escuela nuevos ambientes de aprendizaje a partir del uso de tecnologías digitales. En Chile en 1992 se inició el programa Enlaces, también con el propósito de contribuir al mejoramiento de la calidad y la equidad de la educación. Brasil, México, Colombia y Argentina implementaron iniciativas similares en la década de 1990 y a partir de 2000 se han sumado a este proceso casi todos los países de la región. Las TIC son un medio estratégico para avanzar hacia la sociedad de la información, lograr la equidad y enfrentar los desafíos educativos que tiene la región. Son una oportunidad para abordar deudas pendientes en materia de calidad educativa (mejoramiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje y de los logros educativos de los estudiantes), de eficiencia (gestión a nivel del sistema educativo, del colegio y gestión curricular en la sala de clases) y de equidad en distintos niveles. La integración de las TIC en la educación en América Latina se ha realizado a través de la política pública, principalmente por medio de programas y proyectos. Aunque en la actualidad sólo un tercio de los países de la región posee una política formal de TIC en educación, la mayor parte está desarrollando iniciativas y cuenta con una unidad especializada en el Ministerio de Educación. En sus inicios los programas de TIC en educación se enfocaron en la provisión de infraestructura, sobre todo a través de la instalación de laboratorios de computadores y la formación básica de docentes. Con la creciente expansión y evolución de Internet, a fines de 1990, este modelo se amplió a otros ámbitos de acción como la entrega de conectividad, la generación de contenidos a partir de los portales educativos nacionales y capacitaciones más avanzadas para los docentes. También se realizaron esfuerzos para entregar computadores a los profesores, certificar sus competencias y crear redes participativas. En Uruguay hace años se está aplicando el Plan Ceibal, que es la principal expresión de este modelo en la región. Pretende que cada docente y cada alumno de las escuelas públicas uruguayas tenga un computador portátil con conexión a Internet (laptops modelo XO), para uso tanto dentro de la institución educativa como en los hogares. El proyecto también estimula fuertemente la participación familiar y comunitaria. Las investigaciones actuales se dirigen a determinar si la incorporación de las TIC en las instituciones escolares también produce mejoras en el aprendizaje y la gestión. Estudios de gran escala que buscan identificar el impacto de las TIC en el aprendizaje de los estudiantes -basados en pruebas estandarizadas nacionales o internacionales- muestran que la relación entre el uso de las TIC y el aprendizaje de asignaturas no es lineal y que se requiere utilizar modelos más complejos para estudiarla. Para hacer frente a estas dificultades es necesario identificar y difundir lo que se considera buenas prácticas de uso educativo de las TIC, para que los hacedores de política y administradores de la educación puedan crear los contextos propicios para su desarrollo. El proyecto de educación del programa @LIS 2 que se lleva a cabo en la División de Desarrollo Social de la CEPAL, busca contribuir precisamente al intercambio de ideas y prácticas que parecen tener buenos resultados, más allá de las fronteras de las escuelas donde se desarrollan. A pesar de las dificultades, existe consenso en que la incorporación de las TIC en la educación es una necesidad ineludible y que, en nuestros países, ésta debe ser orientada a través de la política pública. Aunque las TIC ofrecen oportunidades, también son fuente de eventuales riesgos para el desarrollo social de la región. De acuerdo a esta visión, la actual revolución digital puede facilitar la inclusión social y la universalización de los derechos ciudadanos o, por el contrario, puede conducir a sociedades más polarizadas y más fragmentadas. Si no se orienta a través de la política pública, la difusión y masificación de las TIC quedará enteramente librada al mercado reproduciendo las brechas sociales existentes y creando nuevas y exponenciales diferencias. * por la División de Desarrollo Social de la CEPAL.
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