SUBSEDES/OFICINAS

Programas de control social del gasto público
detienen la corrupción

Foto: Magnus, Flickr

La CEPAL presentó experiencias exitosas de control social para evitar la corrupción en el Cuarto encuentro de socialización de experiencias innovadoras de control social para la transparencia, que se realizó en Bogotá, Colombia.

El encuentro, organizado por la CEPAL y Transparencia por Colombia, buscó abrir el diálogo y visibilizar ejercicios de control social liderados por organizaciones sociales y el sector privado en Colombia y Brasil.

“La corrupción contribuye a la pobreza y la desigualdad porque afecta sobre todo a los más necesitados de apoyo público”, señaló Juan Carlos Ramírez, Director de la Oficina  de la CEPAL en Colombia  al inaugurar la reunión.

Sandra Morelli Rico, Contralora General de la República, valoró la participación ciudadana como “instrumento para vigilar el adecuado uso de los recursos públicos y acortar las distancias entre el ciudadano y la administración pública”.

Elisabeth Ungar, Directora Ejecutiva de la Corporación Transparencia por Colombia, citó estudios que muestran la estrecha relación entre corrupción, inequidad y pobreza. Señaló que, para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, hay que multiplicar los mecanismos que promueven la transparencia y el seguimiento de los ciudadanos.

En la reunión se presentaron dos iniciativas colombianas que tienen el respaldo de Transparencia por Colombia.

Una de ellas, el Fondo de Control Social “Ciudadanos al cuidado de lo público”, es una estrategia que busca contribuir en la construcción de una cultura de rendición de cuentas y auditoría de la gestión pública, a través del apoyo político, técnico y financiero a organizaciones sociales y comunitarias que llevan a cabo ejercicios de control social a nivel territorial.

Ha realizado 15 ejercicios en cuatro regiones del país, con el apoyo de 47 organizaciones comunitarias. Más de 5 millones de dólares han sido preservados de la corrupción, recursos públicos que fueron destinados a la salud, educación, saneamiento y medio ambiente.

La otra, el “Acuerdo para prevenir prácticas de corrupción en las empresas fabricantes de tuberías y accesorios”, es un ejercicio de autorregulación  que desde 2005 busca generar confianza entre competidores mediante la definición de reglas claras y mecanismos de seguimiento de los acuerdos para prevenir la corrupción.

Un aspecto innovador de esta estrategia es su posicionamiento ante las distintas entidades públicas nacionales, como el Ministerio de Medio Ambiente y el Programa Presidencial de Lucha Contra la Corrupción de la Vicepresidencia de la República de Colombia, con las que ha definido agendas de trabajo conjuntas.  

En el encuentro se presentó también el Observatorio Social de Maringá, que  ganó en 2009 el primer lugar del concurso Experiencias en Innovación Social,  de CEPAL y la Fundación Kellogg, que identifica y difunde  iniciativas de desarrollo social en salud, educación, juventud, generación de ingresos, desarrollo rural, responsabilidad social y voluntariado.

Empresarios, académicos, estudiantes, jueces, líderes religiosos, contadores, jubilados, artistas, dieron vida al Observatorio Social de Maringá, del Estado de Paraná, una herramienta de control social que ahorró más de 7 millones de dólares entre 2004 y 2008.

Al contenerse el despilfarro del gasto público de Maringá y disminuirse el gasto de la maquinaria pública, se inició un círculo virtuoso: entre 2005 y 2009 la recaudación de impuestos se duplicó, y aumentó el gasto social en servicios de salud, educación, seguridad y otras inversiones.

La idea resultó tan efectiva que se han creado Observatorios Sociales en más de 50 ciudades brasileñas situadas en 8 Estados.


 

 


 

 

 

 
  Organizaciones sociales y el sector privado lideran proyectos anticorrupción en Colombia y Brasil.
 
  En Colombia, uno de los proyectos preservó cinco millones de dólares de la corrupción y los derivó hacia iniciativas de salud, educación, saneamiento y medio ambiente.