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La percepción de violencia escolar está asociada a menor rendimiento académico en la región, revela nuevo estudio de la CEPAL

10 de mayo de 2017|Noticias

El documento Las violencias en el espacio escolar fue presentado durante un seminario internacional realizado en la sede del organismo regional en Santiago, Chile.

Los estudiantes latinoamericanos y caribeños experimentan diversas situaciones de violencia en el aula y en el entorno de la escuela que están afectando su desempeño académico, revela el estudio Las violencias en el espacio escolar, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en el marco de un proyecto conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Los principales resultados del documento fueron presentados el miércoles 10 de mayo en la capital chilena durante el Seminario sobre violencias y convivencia en el espacio escolar, organizado por la CEPAL, UNICEF y la Agencia de Calidad de la Educación de Chile.

“Los recientes e importantes avances de los países de la región en materia de desarrollo social, incluyendo los registrados en el ámbito de la educación, han convivido paradójicamente con aumentos en los índices de violencia e inseguridad. La violencia (intencional y no intencional) constituye la primera causa de muerte en la población de 15 a 50 años de la región. Asimismo, 7 de los 14 países más violentos del mundo están en América Latina y el Caribe”, señaló durante la inauguración del evento Laís Abramo, Directora de la División de Desarrollo Social de la CEPAL.

Clarice Da Silva, Coordinadora de Programas y Especialista en Protección de UNICEF Chile, planteó que el derecho a la educación no se restringe únicamente al acceso a un establecimiento educativo. Tiene que ver también, dijo, con el desarrollo de capacidades para la toma de decisiones y con el aprendizaje de hábitos de vida saludable, formas de relacionarse con otros, procesos de reflexión crítica y resolución de conflictos, entre otros.

En la misma línea, Carlos Henríquez, Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación de Chile, señaló que las políticas nacionales consideran la convivencia escolar como uno de los factores que determinan la calidad de la educación. Las últimas mediciones disponibles indican que los sectores de mayores ingresos del país perciben de forma más positiva la convivencia escolar, lo que obliga a redoblar los esfuerzos en materia de equidad, apuntó. También han constatado, agregó, que el buen trato entre los estudiantes es una de las variables que mejora los resultados académicos.

Daniela Trucco, Oficial de Asuntos Sociales de la División de Desarrollo Social de la CEPAL y una de las autoras del estudio, explicó que este analiza los diversos tipos de violencia percibidos por la comunidad educativa en la educación primaria de 15 países de América Latina y el Caribe, a partir de la información estadística contenida en el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE), realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en el año 2013.

De acuerdo con el documento, las burlas entre compañeros son la principal situación de violencia dentro del aula: en promedio un tercio de los estudiantes de sexto grado indican que siempre o casi siempre se da este escenario.

El estudio también identifica a quienes perciben mayores índices de violencia. Se destacan niños más que niñas, inmigrantes, indígenas, niños y niñas en situación de trabajo infantil y aquellos que provienen de niveles socioeconómicos bajos, de escuelas públicas y de escuelas urbanas.

“En la mayoría de los países (10 de 15), los ambientes de mayor violencia en el entorno de la escuela constituyen uno de los factores asociados a un menor rendimiento académico entre los estudiantes”, sintetizó Trucco.

Algunas de las principales recomendaciones del estudio son avanzar en la prevención y respuesta ante la violencia en las aulas; visibilizar los diferentes tipos y magnitudes de la violencia; valorar la diversidad en las escuelas y formar a los estudiantes en el respeto a las diferencias personales, sociales y nacionales; combatir los estereotipos de la masculinidad y promover la igualdad de género; fortalecer las intervenciones en las ciudades, e involucrar a los estudiantes y familias de forma efectiva en la construcción de los espacios de paz.