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Es preciso fortalecer el multilateralismo y la integración regional en América Latina y el Caribe con el fin de abordar de forma coordinada los desafíos para la igualdad de género que suponen la crisis multidimensional provocada por el COVID-19, las tendencias recientes de la globalización comercial y financiera, el cambio climático y la crisis de cuidados. Es necesario fortalecer el multilateralismo y la integración regional y global para impulsar una recuperación transformadora con igualdad de género.
Así lo expresó Ana Güezmes, Directora de Asuntos de Género de la CEPAL, durante el panel “Los desafíos actuales de la cooperación internacional hacia América Latina”, organizado por CLACSO en el marco de la 9ª Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales, desarrollado en la Ciudad de México entre los días 7 y 10 de junio de 2022.
Ana Güezmes expuso los efectos de la crisis sanitaria y de la crisis social prolongada en América Latina y el Caribe y cómo esta ha acentuado las brechas estructurales de crecimiento, baja productividad, alta desigualdad e informalidad, elevada pobreza y puesto en evidencia los frágiles sistemas de salud y protección social y la profundización de los nudos estructurales de la desigualdad de género.
Además de la pandemia, agregó, la guerra en Ucrania abre una nueva fuente de incertidumbre para la cooperación y la economía mundial. Mecionó el reciente informe de la CEPAL titulado Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis?, que observa que la región tendrá una fuerte desaceleración económica, aumentos de la inflación y una lenta e incompleta recuperación de los mercados laborales que va a afectar desproporcionadamente a las mujeres. Así, 7,8 millones de personas se sumarían a los 86,4 millones cuya seguridad alimentaria ya está en riesgo. “Como sabemos, quienes más integran ese colectivo vulnerabilizado son las mujeres, en particular las mujeres sin ingresos propios, las mujeres con sobrecarga de cuidado y en situación de informalidad”.
Sostuvo la directora de Asuntos de Género que el crecimiento desigual y la incertidumbre cada vez mayor en los últimos años han puesto en tela de juicio los modelos de desarrollo que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo siguieron durante décadas. Ante este panorama, agregó, desde la CEPAL se han propuesto cinco medidas de política para afrontar los retos que plantea la agenda de financiamiento para el desarrollo a corto, mediano y largo plazo. Estas medidas, indicó Güezmes, son:
- Ampliar y redistribuir la liquidez desde los países desarrollados hacia los países en desarrollo.
- Fortalecer la cooperación regional aumentando la capacidad de préstamo y respuesta de las instituciones financieras regionales, subregionales y nacionales, y estrechando los vínculos entre ellas.
- Llevar a cabo una reforma institucional de la arquitectura de la deuda multilateral.
- Ampliar el conjunto de instrumentos innovadores destinados a aumentar la capacidad de reembolso de la deuda y evitar el endeudamiento excesivo.
- Integrar las medidas de liquidez y de reducción de la deuda en una estrategia de financiamiento para el desarrollo encaminada a construir un futuro mejor.
También mencionó Güezmes en su presentación algunas asimetrías globales relacionadas con el cambio climático. América Latina y el Caribe genera apenas 8,3% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, pero es altamente vulnerable a su impacto. Por ello es importante que la región tome en consideración las vulnerabilidades específicas de sus países y subregiones –como por ejemplo la de los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) en el Caribe–, para promover la cooperación y solidaridad regional para un desarrollo sostenible y resiliente. La estrategia “El Caribe primero” (Caribbean first), que la CEPAL lleva adelante desde 2018, se orienta en ese sentido.
La Directora de Asuntos de Género también se refirió a otro problema cuya solución es multilateral: la calificación de riesgo por parte de las agencias calificadoras, que consideran que la vulnerabilidad climática es un criterio para rebajar la calificación. “Las consecuencias de esto son muy graves, aumenta injustamente el costo de la deuda soberana y el pago de intereses para los países en desarrollo que son altamente vulnerables al cambio climático”, expresó.
Asimismo, planteó, se requiere revertir la asimetría en los planes de recuperación de los países. “Los países desarrollados han anunciado grandes paquetes de estímulo, reflejando expansiones fiscales y monetarias contrarias a la ortodoxia, con compromisos en inversiones verdes. Ya habíamos llamado desde la Estrategia de Montevideo y el Compromiso de Santiago a implementar políticas contracíclicas. Lo están haciendo, pero no es suficiente. En América Latina y el Caribe, en cambio, los paquetes de estímulos son menores, no hay inversiones estratégicas en igualdad de género con acciones afirmativas para las mujeres, en parte por las exigencias de los acreedores de deuda”.
Recordó que en los en los acuerdos de la Sexagésima Primera Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, organizada por la CEPAL en coordinación con ONU Mujeres, los Estados se comprometieron a “impulsar planes de recuperación con acciones afirmativas que promuevan sistemas integrales de cuidado, el trabajo decente y la plena y efectiva participación de las mujeres en sectores estratégicos de la economía para una recuperación transformadora con igualdad de género orientada a la sostenibilidad de la vida y para transitar hacia la sociedad del cuidado”.
Durante su participación, Ana Güezmes reiteró la propuesta de la CEPAL de incluir otros criterios además del PIB en la medición y clasificación del desarrollo. En ese sentido, resaltó los aportes que los feminismos, y de la economía feminista en particular, y desde las propias Naciones Unidas para que la recuperación frente a esta crisis no deje a nadie atrás. “Uno de esos aportes es romper el silencio estadístico para visibilizar lo invisibilizado, pero también para transformar todas aquellas situaciones que reproducen los nudos estructurales de la desigualdad. Hablemos de lo que no se mide, hablemos de lo que es invisible”.
La medición del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados en pandemia ha dejado evidencia contundente sobre el carácter económico de este trabajo, fundamental para el sostenimiento de la vida, expuso. Por ello, “tenemos que repensar el PIB e incluir en las mediciones otras variables que tengan en cuenta la producción de los hogares. La propuesta de la CEPAL es ir más allá del PIB para medir la recuperación. La propuesta es descentrar el PIB. Descentrar al PIB significa dar lugar al surgimiento de mediciones y respuestas que integren en el análisis económico en la toma de decisiones y en la tan necesaria cooperación internacional, tres variables claves: el uso del tiempo, los cuidados y el bienestar”, dijo la Directora de Asuntos de Género.
En esta línea, agregó que los bienes públicos derivados del cuidado de las personas y de la protección del planeta necesitan pactos económicos, sociales y políticos, que trasciendan las relaciones privadas y que garanticen su uso y sostenibilidad colectiva y en el largo plazo. La Agenda Regional de Género, y en particular la Estrategia de Montevideo, enfatiza la importancia de aplicar este enfoque en la implementación de las políticas y medidas orientadas a alcanzar el desarrollo sostenible, la igualdad de género y la garantía de los derechos humanos de las mujeres. “Estamos buscando un enfoque multiescalar que vaya más allá del involucramiento y coordinación entre todos los niveles dentro de los Gobiernos de los países la región pues, en un mundo globalizado, las acciones nacionales por sí solas no son suficientes. Es preciso fortalecer el multilateralismo y la integración regional y global con el fin de abordar de forma coordinada los desafíos para la igualdad de género que suponen la crisis multidimensional provocada por el COVID-19, las tendencias recientes de la globalización comercial y financiera, el cambio climático y la crisis de cuidados. Es necesario fortalecer el multilateralismo y la integración regional y global para impulsar una recuperación transformadora con igualdad de género. Y es necesario poner la igualdad en el centro”.
Ana Güezmes hizo un llamado a lograr una posición común para enfrentar las asimetrías mundiales y proteger los bienes públicos globales. Invitó a promover la cooperación internacional para el desarrollo en múltiples niveles, con múltiples actores y en múltiples dimensiones, entre ellas la económica, la productiva, la social, la medioambiental, la institucional, la tecnológica y la de género. “No podemos dejar de decir la importancia de financiar a las organizaciones de mujeres y feministas”, agregó.
Antes de despedirse, invitó a continuar con el intercambio sobre estas cuestiones en la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se realizará en Argentina en noviembre y cuyo como tema principal: “La sociedad del cuidado: horizontes para una recuperación sostenible con igualdad de género”. “Será un gusto seguir profundizando este cambio que es un cambio en la visión del estado, del multilateralismo, que es un aporte del feminismo, porque la sociedad del cuidado interpela el estilo de desarrollo actual y coloca la sostenibilidad de la vida en el centro”.
El panel “Los desafíos actuales de la cooperación internacional hacia América Latina” estuvo enfocado en la cooperación desde la perspectiva de la integración regional. El marco de la conversación fue el impacto sobre el producto, la pobreza y las desigualdades en América Latina y el Caribe de la pandemia, y la pregunta que guió las presentaciones y el diálogo fue qué desafíos se presentan hoy en materia de cooperación en la región y cómo encarar esos desafíos desde la lógica del trabajo conjunto y cooperativo.
También participaron del panel Cecilia Alemany, Directora Regional Adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe; Karina Batthyány, Secretaria Ejecutiva de CLACSO; Paul Ladd, Director del Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social; Gloria Isabel García Parra, Directora Regional de Programas e Influencia de Oxfam Internacional en América Latina. Colombia; y Mateo Adarve Zuluaga, Oficial de Programas Cooperación Regional en América Latina y el Caribe, de la Embajada de Suecia en Colombia. En tanto, Mariano Jabonero, Secretario General de la Organización de Estados Iberoamericanos, envió su participación en video.
Cabe señalar que la CEPAL y CLACSO han venido trabajando sostenidamente desde 2019 en la realización de cursos sobre políticas de igualdad de género, migración y cuidados en América Latina. Más recientemente, sobre medición de violencia por razón de género contra las mujeres y de femicidio-feminicidio, junto a otros socios de la ONU.