“Las diferentes crisis que enfrenta la región de América Latina y el Caribe han reforzado los nudos estructurales de la desigualdad de género, creando condiciones desfavorables para las mujeres y limitando su autonomía”. Para abordar estas crisis, la CEPAL propone avanzar hacia una sociedad del cuidado que ponga la sostenibilidad de la vida y del planeta al centro. Para lograrlo, es clave la participación significativa de las mujeres, adolescentes y niñas rurales en su diversidad y la garantía de sus derechos.
Esta fue una de las reflexiones compartidas por Ana Güezmes, Directora de la División de Asuntos de Género de la CEPAL, en el Panel III “Acciones desde la cooperación internacional para el fomento de sistemas integrales de cuidados dirigidos a las mujeres rurales”.
En su presentación, Ana Güezmes destacó la injusta división sexual del trabajo. “En América Latina, las mujeres dedican el triple del tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado en comparación al tiempo que le dedican los hombres. Resaltó que, además, existe una brecha importante entre las mujeres en áreas urbanas y rurales, considerando que estas últimas dedican de 3 a 10 horas más que aquellas en zonas urbanas”. En la agricultura, además “existe una fuerte invisibilización del trabajo de la mujer ya que es considerado como una ayuda en vez de trabajo. En consecuencia, se subestima la participación femenina en el sector. En América Latina, el 14% de las mujeres que se ocupan en el sector exportador lo hacen en el sector de agricultura y ganadería”.
Los sistemas integrales de cuidados adquieren una importancia crucial, como se reflejó en el III Foro de Ministras, Viceministras y Altas Funcionarias de las Américas. El cuidado es un derecho fundamental, respaldado por los principios de igualdad y corresponsabilidad de género. Esto es esencial para superar desigualdades en sectores como la agricultura, donde las mujeres enfrentan discriminación a pesar de su preparación. Los sistemas integrales de cuidados, con enfoque interseccional e intercultural, deben proteger a quienes proveen y reciben cuidados y permitir a las mujeres participar plenamente en la vida pública y económica, promoviendo su autonomía y la igualdad de oportunidades, potenciando la construcción de una sociedad más equitativa y justa.
Específicamente, la sociedad del cuidado presenta una oportunidad para visibilizar el trabajo remunerado y no remunerado de las mujeres, las adolescentes y las niñas en el ámbito rural y a lo largo de los sistemas agroalimentarios; para reconocer la diversidad de las mujeres, sus saberes, su contribución a la sociedad y la economía y hacer frente a la interseccionalidad de la discriminación; para redistribuir los cuidados con corresponsabilidad social y de género en el ámbito rural y comunitario; y para superar la división sexual del trabajo con acceso a los recursos, la propiedad, los ingresos y el poder.
En el panel participaron también Cecilia Alemany, Directora Regional Adjunta para las Américas y el Caribe de Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer (ONU-Mujeres), Alejandra Mora Mora, Directora de la Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos (OEA), Claudia Brito, Oficial de Políticas y experta en Género y Sistemas Sociales e Institucionales de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y Priscila Zúñiga Villalobos, Gerente del Programa de Equidad de Género y Juventudes del IICA. La moderación estuvo a cargo de Nelly Paredes del Castillo, Ministra de Desarrollo Agrario y Riego de Perú.
