Descripción
Resumen En general, se puede afirmar que, derivado de las características culturales de la propia estructura de las sociedades latinoamericanas, el funcionamiento de las instituciones y organismos involucrados en el transporte internacional camionero y en la operación fronteriza responde a la falta de incentivos para el buen desempeño de unos y otros. Factores tales como la falta de coordinación entre los organismos y funcionarios dentro del mismo país así como entre países y la corrupción que denuncian frecuentemente los propios transportistas impiden que el transporte terrestre avance de manera más fluida y dinámica, y retardan la marcha del proceso de integración regional. Los acuerdos no siempre se cumplen y detrás de la asignación de culpas por las fallas de funcionamiento en los temas internacionales, se podría concluir que se oculta la falta de voluntad y escasa disposición para facilitar el transporte, impulsar el comercio y promover la integración regional. Al calcular solamente el mayor costo directo de las ineficiencias y su cargo financiero, originados por problemas de organización burocrática, comercial, fronteriza y empresarial, más los costos especiales habitualmente involucrados, se llegó a una estimación de impacto que se sitúa entre un mínimo de 32.28 millones de dólares (a valores de mediados de 2002) y un máximo de 54.70 millones de dólares anuales, para los pasos fronterizos analizados entre Argentina, Brasil y Uruguay. Del valor mínimo, el 80% se genera en los pasos entre Argentina y Brasil, y sólo el 6.5% entre Uruguay y Argentina. En el caso del transporte entre Argentina y Brasil, esta ineficiencia es equivalente a 170 dólares por camión, lo que guarda una relación muy alta con el precio de un flete típico entre Buenos Aires y São Paulo o Porto Alegre. Los problemas relacionados con las estrecheces físicas de la infraestructura son menores que aquellos de organización. A modo de simple enumeración, estos últimos se resumen en los siguientes: trabas burocráticas, demoras e incertidumbres en las autorizaciones internacionales a los transportistas; falta de continuidad en los organismos públicos y de los funcionarios; multiplicidad y superposición de normas nacionales, e incumplimientos manifiestos en las normativas sub-regionales; inconvenientes con la aplicación de la Normativa Mercosur; acumulación de sobretiempos y costos extraordinarios en las múltiples operaciones de frontera, a sí como de carga y descarga en origen y destino (vinculados con temas de organización del sector privado); notorias diferencias entre los países en el profesionalismo del sector transportista privado; excesiva cantidad de trasbordos de carga en frontera; desequilibrios direccionales y alta estacionalidad de los tráficos y del nivel de regresos en lastre; problemas con asimetrías fiscales y presiones tributarias entre los países y serios problemas de seguridad en las rutas.