Descripción
ResumenEn los últimos años, la agenda unificada de negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) dio paso a un esquema más flexible de acuerdos bilaterales entre Estados Unidos y varios países latinoamericanos. La amplitud y complejidad de los temas tratados en esos acuerdos tendió a replicar lo que se alcanzó a negociar al nivel hemisférico, pero la velocidad con la que fueron finalizados contrasta con el estancamiento actual de las conversaciones del ALCA. En este estudio se argumenta que el desenlace más probable (o por lo menos la orientación natural) de las negociaciones entre los países latinoamericanos y Estados Unidos estaría dado por los alcances y limitaciones de los tratados recientemente firmados por ese país con socios regionales y de fuera de la región. Tales tratados constituyen una referencia básica para las economías de la región que se encuentran en plenas negociaciones con Estados Unidos y para las que todavía no iniciaron conversaciones con este socio, pero que podrían hacerlo en un futuro próximo. Al interior del universo constituido por los TLC recientemente firmados por Estados Unidos, este estudio se centra en el análisis de las disposiciones agroalimentarias. El objetivo final es establecer el grado de liberalización y compromiso al que pueden pretender las economías de la región que todavía no han firmado acuerdos con el país del norte, en particular los miembros del Mercosur. Los principales resultados alcanzados corroboran el carácter especial del sector, el que ya se definía con claridad en las negociaciones multilaterales y en otros acuerdos comerciales dentro y fuera del continente. En los acuerdos con Estados Unidos, las economías de la región lograron aprobar cláusulas de protección para los productos más sensibles, demostrando que existe espacio en las negociaciones para el tratamiento especial a esos rubros. No obstante, los argumentos para justificar la sensibilidad de un producto deben estar fuertemente asentados en estudios de impacto, los que no siempre son viables por la falta de recursos de los países y por la velocidad con que se desarrollan las negociaciones. Los TLC analizados avanzaron en varios sentidos con relación a la normativa multilateral. En algunos casos, los avances fueron más bien declarativos. Sin embargo, en el campo de la propiedad intelectual se identificaron varias áreas en las cuales los derechos fueron efectivamente incrementados en el marco de los acuerdos. Por otro lado, aunque involucran países con niveles de desarrollo muy disímiles, los tratados firmados por Estados Unidos con economías latinoamericanas no cuentan con una perspectiva de trato diferenciado. Igualmente, esos acuerdos no incorporan cláusulas simplificadoras o programas específicos para la transferencia de tecnología, limitando las posibilidades de que los países menos desarrollados se beneficien de las externalidades resultantes de la presencia de empresas extranjeras. El mayor desarrollo institucional derivado de tales externalidades y/o del trabajo conjunto entre las partes, por ejemplo, en temas técnicos, podría llevar las economías regionales a un mejor aprovechamiento de las oportunidades estratégicas generadas por los acuerdos.