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Alicia Bárcena llama a avanzar hacia una globalización más democrática, con un nuevo paradigma de desarrollo que reconozca la interdependencia social, ambiental y económica

5 de mayo de 2020|Noticias

La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL participó hoy en un seminario virtual organizado por la organización española Casa de América donde se abordó cómo afrontar la crisis provocada por la pandemia en América Latina y el Caribe.

En momentos de la pandemia provocada por la enfermedad del coronavirus (COVID-19), la cooperación internacional es más urgente en la parte fiscal. Por ello, los organismos financieros internacionales deben otorgar condiciones de financiamiento favorables a los países de renta media, con líneas de crédito a bajo costo y el alivio de la deuda, afirmó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

La alta funcionaria de las Naciones Unidas participó hoy en el seminario virtual ¿Cómo afrontar la crisis de la COVID19 en América Latina?, organizado por la institución española Casa de América. El encuentro, moderado por Michael Reid, editor de The Economist, fue inaugurado por Antonio Pérez-Hernández, director general de la institución española. Junto a Alicia Bárcena, expuso Luis Carranza, presidente de CAF-banco de desarrollo de América Latina.

Durante su intervención, la máxima representante de la CEPAL recordó que la actual no es una crisis de bancos ni financiera, es una crisis de personas, de la economía real.

Precisó que los países han tomado medidas para mitigar los efectos económicos y sociales de la pandemia que van desde 0,5% al 12% del PIB, pero esto no será suficiente. Estas deben ser reforzadas mediante la ampliación del espacio fiscal, señaló.

Agregó que en la región muchos países son considerados de ingreso medio -algunos de ellos en el Caribe, que ya están fuertemente endeudados- por lo tanto, no les dan facilidades concesionales a bajo costo, ni bajos intereses.

“Hacemos un llamado para que las organizaciones multilaterales presten a tasas de interés favorables y alivien de la deuda a países altamente endeudados, aplazándola o condonándola. De lo contrario, los pagos serán imposibles y se comprometerá el espacio fiscal”, señaló.

Alicia Bárcena añadió que América Latina y el Caribe cuenta con una arquitectura financiera regional de larga data que debe y puede complementar los esfuerzos de los organismos multilaterales internacionales.

“Los bancos de desarrollo no sólo son una importante fuente de recursos para el desarrollo productivo de la región y la profundización de la integración comercial y financiera. Son también una fuente de financiamiento estable y contracíclico”, afirmó.

La Secretaria Ejecutiva de la CEPAL recordó que la crisis que sufre la región este año 2020, con una caída del PIB de -5,3%, será la peor en toda su historia. Las proyecciones anticipan también un importante deterioro de los indicadores laborales en 2020, con casi 12 millones más de desempleados en la región, sobre una masa laboral que tiene un 53% de informalidad, lo que es especialmente grave, puntualizó.

Precisó que la caída del PIB y el aumento del desempleo tendrán un efecto negativo directo sobre los ingresos de los hogares y su posibilidad de contar con recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas. Ello llevará a un incremento de 30 millones de personas en situación de pobreza.

En este contexto, afirmó que algunos países están protegiendo la fuerza laboral y los ingresos con pagos adelantados con subsidios salariales, seguros de desempleo y la condonación o suspensión de pagos de servicios básicos, como agua, luz y gas. Sin embargo, dijo, esto no es suficiente y se requiere un ingreso básico ciudadano que permita proteger el ingreso de los hogares pobres por a lo menos los próximos seis meses.

“La CEPAL se encuentra calculando cuánto sería el costo de este ingreso básico, pero creemos que es posible y urgente”, expresó.

Subrayó que la pandemia del coronavirus nos ofrece una encrucijada civilizatoria: o regresamos a la globalización concentradora y autoritaria, o nos vamos a una más democrática, con un nuevo paradigma de desarrollo que reconozca la interdependencia social, ambiental y económica.

“Hay oportunidades para una acción transformadora. Una de ellas es, sin duda, apostarle a la regionalización. El territorio importa, hay que ver cómo logramos cerrar las brechas”, afirmó.

Añadió que América Latina y el Caribe debe retomar su propuesta productiva, con industrialización, integración y la ampliación de sus complementariedades.

“El futuro va a ser mejor, con mayor integración tecnológica y productiva. Un futuro más igualitario, justo y sostenible. Somos casi 650 millones de habitantes y podemos asegurarnos entre nosotros para poder hacer frente a las perturbaciones externas que vive la región, viabilizar nuevas industrias, promover redes de producción y de investigación tecnológica entre países y subregiones”, expresó.

Finalmente, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL llamó a repensar nuestra relación con la naturaleza post pandemia y a reconstruir una sociedad diferente.

“Nuestro planeta está enfermo. La nueva normalidad o el post COVID-19 no puede ser igual. El consumo de las familias será distinto. Tenemos que pensar la economía circular y la sostenibilidad ambiental. Hay que repensar nuestra relación con la naturaleza”, cerró.