La transición agroecológica ya está en marcha en el mundo y en América Latina y el Caribe, con el potencial de brindar beneficios desde la pequeña agricultura hasta las unidades extensivas de gran escala. Son en estas últimas donde existe el mayor potencial de mitigar importantes externalidades ambientales negativas. Para acelerar este proceso, es clave aplicar prácticas agroecológicas basadas en un enfoque técnico que imite de manera más fiel a la naturaleza, con soluciones que consideren el funcionamiento y la sostenibilidad de los ecosistemas.
La digitalización facilitará la transición hacia nuevos modelos de producción agroecológica, permitiendo que ésta escale desde la agricultura familiar hasta el segmento de las medianas y grandes empresas, abarcando al conjunto de los sistemas alimentarios. En este sentido, se espera que la digitalización en la agricultura proporcione una mejora en la eficiencia de los recursos, una gestión más sostenible de los recursos naturales, una reducción de los impactos negativos en el medio ambiente, así como una mejora en la trazabilidad de los productos agrícolas. En particular, las plataformas digitales facilitan la información, colaboración y transparencia, mejorando la trazabilidad y calidad de los productos agrícolas. A través de estas plataformas, los productores agrícolas pueden compartir información sobre sus procesos productivos, tanto para informar a entes reguladores como para aumentar la confianza de los consumidores y de otros actores a lo largo de la cadena. Por otro lado, cabe destacar que los beneficios de la agricultura digital alcanzarán su mayor potencial en la medida que las tecnologías digitales se vayan complementando y generando una cantidad de datos suficiente para modelar, optimizar y predecir el comportamiento de los sistemas productivos y de los ecosistemas
