La humanidad ha disfrutado de una etapa de crecimiento material de la economía que ha elevado el bienestar de la mayor parte de los sectores de nuestras sociedades de manera sin precedentes en los últimos 150 años. Sin embargo, uno de los efectos de la base energética y la forma de producción de este desarrollo ha sido el cambio climático.
Aunque América Latina y el Caribe sólo contribuyen con el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, el cambio climático representa un desafío creciente para nuestra región, con impactos severos que ya se están manifestando.
El cambio climático ha intensificado la frecuencia y magnitud de eventos extremos en América Latina y el Caribe, lo que ha resultado en significativas pérdidas económicas, sociales y ambientales. La región ha experimentado un incremento progresivo en la temperatura promedio, alcanzando en 2022 un aumento de 1.7°C respecto al promedio del periodo 1901-1930. Este calentamiento ha contribuido a la ocurrencia de sequías severas, huracanes más destructivos y olas de calor extremas, como las inundaciones en Brasil y la sequía en Argentina, Brasil y Uruguay, que han tenido un impacto devastador en la agricultura y la disponibilidad de agua.
De continuar con las políticas actuales, se proyecta que para 2100 la temperatura global podría aumentar hasta 3°C, lo que implicaría impactos aún más devastadores en la región, que no sólo afectarían la infraestructura, la economía y la biodiversidad, sino que también amplificarían los problemas sociales y de salud pública, exacerbarían la pobreza y la desigualdad, y limitarían la capacidad de los gobiernos para responder a futuras crisis climáticas.
La combinación de estos factores crea un panorama desafiante para América Latina y el Caribe, donde la capacidad de respuesta de los países se ve limitada por la vulnerabilidad macroeconómica y la falta de recursos para enfrentar estos desafíos. Esta situación podría llevar a muchos países de la región a una "trampa climática-financiera", en la cual los efectos del cambio climático exacerban la pobreza y la desigualdad, dificultando aún más el desarrollo sostenible.
Actualmente, se ha alcanzado el consenso de que nuestro modo de producción y consumo está generando una alteración climática global, que provoca serios impactos en la tierra y la naturaleza, así como sobre los sistemas socioeconómicos. Es un fenómeno de carácter global y presenta efectos significativos, crecientes e irreversibles en las actividades económicas, la población, los ecosistemas y la biodiversidad, ámbitos en los cuales América Latina y el Caribe es particularmente vulnerable.
De esta manera, los fenómenos meteorológicos extremos agudos, el cambio climático crónico de lenta evolución, el cambio crítico de los sistemas terrestres, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas son los principales riesgos del siglo XXI, los cuales están interrelacionados y se refuerzan mutuamente. Esto obliga a transformaciones radicales en nuestros sistemas socioeconómicos. Los esfuerzos para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas e instrumentar los procesos de mitigación de los gases de efecto invernadero son de tal magnitud que serán un condicionante para el estilo de desarrollo futuro.
La evaluación de los efectos e impactos del cambio climático y el análisis de las mejores formas de adaptarse e instrumentar un proceso adecuado de mitigación de gases de efecto invernadero resultan imperativos para el diseño de políticas públicas que permitan a los países transitar hacia un desarrollo sostenible.
Nuestro trabajo en Economía del Cambio Climático
En este sentido, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha venido trabajando con los países de la región en la evaluación económica del cambio climático, generando información a escala local y regional sobre los impactos en la macroeconomía, en los sectores y en grupos socioeconómicos específicos. La generación de información permite el diseño de políticas públicas orientadas a atenuar los efectos adversos del cambio climático y a definir acciones de mitigación, con el objetivo de trazar una senda de desarrollo y crecimiento verde con economías bajas en carbono, basadas en la equidad e inclusión social.
La Unidad de Economía del Cambio Climático de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de la CEPAL está abordando la temática desde diversas áreas: herramientas analíticas y modelación de escenarios macroeconómicos para cuantificar los impactos físicos y de transición del cambio climático en la región y sus impactos sociales y distributivos; así como en la estimación de métricas e indicadores de riesgo, en las políticas públicas para la mitigación y adaptación, financiamiento climático (taxonomías de finanzas sostenibles, herramientas de análisis de riesgo, divulgación, regulaciones financieras, etc.), uso de instrumentos económicos (impuestos, subsidios, ETS y precios sociales), generando información y recomendaciones que permitan el diseño de políticas públicas que promuevan la integración regional, orientadas a atenuar los efectos adversos del cambio climático y trazar una senda para avanzar hacia un modelo de desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible.
